Esta semana quería hacer un regalito de una caja de cupcakes para que una amiga los disfrutara con su familia, pero llegó el momento de ponerme a ello y no había planificado sabor, por lo tanto no había comprado nada en especial, así que me tocó pensar rápido y casi improvisar con lo que tenía por casa (lo cierto es que los ingredientes básicos de repostería nunca faltan).
Al final pensé en los deliciosos cupcakes chocoadictos (no lo puedo evitar, me encanta el chocolate y nunca falta en casa), y decidí darles un toque extra para que fueran un poco diferentes( y dicho sea de paso, más golosos y un peligro para mi el ingrediente extra que quise probar a hacer y que me estoy tomando con todo).
- 200 gr. de chocolate para postres
- esencia de vainilla
- 4 huevos
- 100 gr. de mantequilla
- 60 gr. de azúcar
- 70 gr. de harina
- una cucharadita de levadura en polvo
- crocanti de almendras al gusto
Derretir el chocolate con la mantequilla al baño maría y reservar para que no esté caliente al añadirlo. Batir las yemas de huevo con el azúcar hasta que estén cremosas, añadir la esencia de vainilla y la harina tamizada con la levadura en polvo y mezclar; añadir el chocolate derretido con la mantequilla y mezclar bien, por último incorporar las claras montadas a punto de nieve y añadir el crocanti. Poner la mezcla en las cápsulas y hornear unos 18 minutos a 180º. Al sacarlas del horno, dejar enfriar sobre una rejilla.
Mientras, preparar una salsa de toffee (este es el peligroso ingrediente extra ¡¡¡me encanta el toffee!!!): Poner al fuego 50 gr. de azúcar hasta que se haga un caramelo tostado, con cuidado de que no se queme. Retirar del fuego y añadir 200 ml de nata poco a poco y remover en el fuego hasta que esté bien homogénea la mezcla (cuidado en este paso porque la nata puede hervir y salirse).

Montaje:
- Bañar con la salsa de toffee las cupcakes y dejar que se empapen
- Cubrir con el chocolate cada cupcake (yo lo hice con una cucharita y añadí un toquecito de purpurina comestible).